La remota y escarpada costa del Pacífico Sur, desde Bahía Ballena hasta la Península de Osa, está salpicada de pequeñas playas perfectas, con olas rompiendo contra rocas volcánicas oscuras, respaldadas por una espesa jungla.
Los refugios naturales esparcidos a lo largo de la costa están rodeados por la selva tropical, que es el hogar de tropas de monos, perezosos, guacamayos escarlata y cientos de otras especies de aves, mientras que ballenas y delfines retozan en aguas de la costa.